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Decoración efectista

Creado por el agente teatral y creador del teatro Savoy Richard D’Oyly Carte, el hotel Savoy tenía algo más que un simple halo de dramatismo cuando se inauguró en 1889. Sin un arquitecto al frente, George Holloway, un contratista experto en hoteles, firmó los planos del hotel. El diseño del exterior se asemeja a un hotel continental junto a la ribera, con largas filas de balcones recorriendo la fachada frente al río. Creados por el principal diseñador modernista A.H. Mackmurdo, los balcones ofrecían un espacio exterior para comer con vistas envidiables del Támesis. Después llegó el turno de Collinson & Locke, los diseñadores de interiores responsables del teatro Savoy, que se dedicaron a los interiores del hotel y dotaron a las zonas públicas de espléndidas molduras y doraduras decorativas, y empapelaron las paredes de las habitaciones con motivos florales. La decoración era clásica de la época victoriana, aunque notablemente lujosa y cómoda.

Nuevo siglo, nuevas ideas

El siglo XX comenzó con el fallecimiento de Richard D’Oyly Carte en 1901 y su hijo Rupert se convirtió en el nuevo presidente del Consejo. La empresa se había dedicado en la última década a la adquisición de unos terrenos contiguos al teatro Savoy, al norte del hotel original. El emplazamiento fue nivelado en 1903 y el arquitecto Thomas Collcutt diseñó los bloques del Strand, cambiando la orientación del hotel hacia delante, mirando directamente al Strand. La llegada del nuevo siglo trajo un cambio de decoración unificando los bloques nuevo y antiguo del hotel, ahora fusionados. Se incorporó el diseño ligero y luminoso de la época eduardiana gracias a un resurgir modernizado de los interiores del siglo XVIII al estilo de Robert Adam que sustituyó al estilo victoriano en todos los rincones del Savoy. El vestíbulo principal es una asombrosa muestra de la decoración de 1904 realizada por Collcutt & Hamp. Otro superviviente destacado de este mismo periodo es el salón de baile Lancaster, diseñado en 1910 por el arquitecto francés René Sergent y que conserva su interior original.

Art déco

Adentrándonos en los años 20, el final de la Gran Guerra marcó el momento para empezar a mirar al futuro. Al menos uno de los directores de la empresa se desplazó hasta París en 1925 para asistir a la Exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales y regresó cargado de entusiasmo por el arte moderno, llamado art déco. Los primeros elementos art déco llegaron al Savoy de la mano del diseñador británico Basil Ionides con su redecoración del comedor privado Pinafore en 1926. El diseño de Ionides se sigue conservando hasta la fecha. Al año siguiente, un joven arquitecto, Howard Robertson, escribió al Savoy en busca de una posible colaboración. Su primer trabajo fue remodelar los aseos de caballeros pero, a finales de 1929, Robertson presentó su diseño más famoso y prominente: el emblemático rótulo «Savoy» del hotel en acero inoxidable que une ambos lados del Savoy Court. Robertson, más adelante sir Howard Robertson, siguió diseñando interiores art déco para The Savoy durante décadas aunque, en los 60, el departamento de decoración de interiores, liderado por la nieta de Richard D’Oyly Carte, Bridget (más tarde, dame Bridget) D’Oyly Carte, comenzó a fijarse en diseñadores más modernos, como Michael Inchbald, para aportar nuevas ideas al Savoy.

Legado

A finales del siglo XX, comenzó a surgir cierto interés por el legado de los edificios antiguos que propiciaría un cambio de rumbo para el hotel. Ahora se situaban a la orden del día las redecoraciones y restauraciones basándose en fotografías de referencia pertenecientes a los archivos del hotel. Estos interiores nuevos, aun siendo decididamente modernos, encajaban mejor con el entorno histórico. Los dos estilos decorativos que seguían predominando en el hotel eran claramente el tradicional eduardiano y el art déco; por eso, el diseñador francés Pierre-Yves Rochon utilizó estos dos ejes como la base para su proyecto de restauración. The Savoy cerró en 2007 para someterse a una renovación integral y volvió a abrir sus puertas en 2010 preparado para afrontar el siglo XXI con belleza y estilo.